¿Memorizar o razonar los contenidos?



¿Memorizar o razonar los contenidos? Y la respuesta que se nos viene a la mente es: depende de la asignatura, depende del contenido.


Las nuevas tendencias didácticas nos dicen que debemos aplicar  el razonamiento. Y lo intentamos todo el tiempo en el aula, pero nuestros estudiantes son diversos en sus formas de aprender, intentas que razonen y para algunos es más facil memorizar o para materias especificas memorizar una formula es válido como en matematicas o quimica pero este argumento se refuta si logramos que el estudiante razone y no memorice puesto que se infiere que si razonó conoce el funcionamiento para hacer la formula y no necesita memorizarla.

Se define Memoria como:
La memoria es una función del cerebro y, a la vez, un fenómeno de la mente que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar la información del pasado. Surge como resultado de las conexiones sinápticas repetitivas entre las neuronas, lo que crea redes neuronales. Experimento de memoria espacial en ratones. La memoria permite retener experiencias pasadas y, según el alcance temporal, se clasifica convencionalmente en: memoria a corto plazo, memoria a mediano plazo y memoria a largo plazo. El hipocampo es la parte del cerebro relacionada a la memoria y aprendizaje. Un ejemplo que sustenta lo antes mencionado es la enfermedad de alzheimer que ataca las neuronas del hipocampo lo que causa que la persona vaya perdiendo memoria y no recuerde en muchas ocasiones ni a sus familiares. En términos prácticos, la memoria es la expresión de que ha ocurrido un aprendizaje. De ahí que los procesos de memoria y de aprendizaje sean difíciles de estudiar por separado. El estudio de la memoria suele centrarse sobre todo en los homínidos, puesto que estos presentan la estructura cerebral más compleja de la escala evolutiva.


TIPOS DE MEMORIZACION: 

Según su duración

La información que recibimos puede permanecer en nuestro cerebro desde unos segundos hasta años. Todo depende de lo importante que sea esa información para nosotros o de nuestro esfuerzo por recordarla.

Según la cantidad de tiempo que los datos se mantengan a nuestro alcance, y por tanto, propensos a ser recuperados, la memoria puede ser:

– Memoria sensorial

Es el tipo de memoria más breve. Consiste en la habilidad para retener percepciones de información sensorial una vez que el estímulo ha desaparecido.

Continuamente una gran cantidad de información nos está bombardeando. Pueden ser datos auditivos, visuales, olfativos, de gusto o de tacto. Nuestro organismo no puede atender a todos los estímulos al mismo tiempo porque la energía es limitada, por tanto, hace un filtrado. Así ignora algunos datos y detecta otros. Éstos últimos son los que forman parte de la memoria sensorial.

La memoria sensorial de estímulos visuales suele denominarse memoria icónica. Si son estímulos auditivos, se conoce como ecoica; y si son táctiles, háptica.

Este tipo de memoria no requiere atención consciente, de hecho, suele ser involuntaria. Se caracteriza por desvanecerse de forma muy rápida, aproximadamente tras 200-500 milisegundos después de percibir un elemento. Aunque la memoria sensorial ecoica o auditiva puede durar un poco más, como máximo 3 o 4 segundos.

La duración de esta memoria es tan reducida que suele considerarse parte de un proceso para la percepción, aunque es un paso indispensable para que el contenido se almacene en la memoria a corto plazo.

Para que la información de la memoria sensorial pase a la memoria a corto plazo, debe darse el proceso de atención. Es decir, concentrarnos de manera voluntaria en un estímulo ignorando los demás.


– Memoria a corto plazo y memoria de trabajo

La memoria a corto plazo actúa recuperando temporalmente la información que se está procesando. Su capacidad es limitada, y va desde unos pocos segundos hasta un minuto.


Este tipo de memoria es el que nos ayuda a entender de qué va el texto que estamos leyendo, porque mientras leemos una frase aún recordamos la anterior.

Parece ser que el límite de elementos que caben en la memoria a corto plazo son unos 4 o 5. Sin embargo, esta capacidad se puede aumentar con entrenamiento o con la técnica “chunking”. Esta técnica consiste en agrupar los ítems. Por ejemplo, si queremos aprender un número de teléfono, podemos agrupar las cifras de tres en tres para recordarlo mucho mejor.

Por otro lado, la información no va a pasar a un almacenamiento más prolongado (es decir, a la memoria a largo plazo), si no hacemos un esfuerzo consciente para retenerla.

Para que los datos pasen del almacén a corto plazo al de largo plazo, deben repetirse y/o buscarle un sentido o asociación con otros datos que ya conocemos. Al igual que debemos estar motivados e interesados en recordarlos.

En cuanto a la memoria de trabajo, existen autores que utilizan este término y el de memoria a corto plazo indistintamente, mientras que otros no.

Algunos defienden que la memoria de trabajo, también llamada operativa, incluye a la memoria a corto plazo, pero presenta otras funciones añadidas.

Por ejemplo, parece que la memoria de trabajo no sólo permite mantener en la mente los datos que ya no están presentes, sino que posibilita la manipulación de esos datos para intervenir en procesos cognitivos superiores (como lenguaje y razonamiento)

La memoria de trabajo se ha asociado también con las funciones ejecutivas, aquellas que nos permiten planificar, tomar decisiones, reflexionar, inhibirnos, etc.


– Memoria a largo plazo

Los recuerdos que están en la memoria a largo plazo pueden llegar a permanecer ahí el resto de nuestra vida. Se deteriora muy poco con el tiempo, y puede almacenar una cantidad de información ilimitada.

No obstante, no todos los recuerdos de este almacén poseen la misma fuerza, ni tampoco permanecen todos estáticos. De vez en cuando, nuestros recuerdos son revisados y “actualizados” si es necesario. Por eso, la información que memorizamos no es estrictamente constante ni fiable.

Para que los recuerdos pasen a la memoria a largo plazo, es necesario un proceso de consolidación en el que a través de complejos mecanismos neuronales la información se va fijando en nuestro cerebro.

Parece que gran parte de la consolidación de recuerdos ocurre durante el sueño, por eso, y por muchos otros muchos motivos, es tan importante descansar correctamente.

Dentro de la memoria a largo plazo suelen hacerse distinciones como memoria implícita, explícita, episódica, semántica… que vamos a ver a continuación.
Según si es consciente o inconsciente
– Memoria explícita

La memoria declarativa, es aquella que requiere un pensamiento consciente. Por ejemplo, tratar de recordar qué cenaste anoche o nombrar objetos que puedes encontrar en una papelería.

Normalmente es asociativa, es decir, nuestra mente vincula los recuerdos nuevos a otros que ya tenemos y que tienen ciertos aspectos comunes.


– Memoria implícita

Se trata de aquellos recuerdos que no son conscientes. Es decir, hábitos perceptivos y motores que dependen de nuestra experiencia.

Es el conocimiento que tenemos sobre cómo se hacen las cosas que normalmente hacemos. Solemos ejecutarlos de forma automática y son difíciles de expresar con palabras.

Por ejemplo, tocar algún instrumento, montar en bicicleta, escribir, evitar asustarnos con ruidos intensos que ya estamos acostumbrados a oír, reconocer rápidamente a nuestros familiares y amigos, etc.

Dentro de este tipo de memoria suele incluirse la memoria procedimental, que más adelante podrás encontrar.


Según su contenido

– Memoria autobiográfica o episódica

Es un tipo de memoria explícita, que muchos la consideran como lo primero que se te ocurre cuando piensas en “memoria”.


Consiste en un conjunto de recuerdos importantes de nuestra vida, como nuestras experiencias personales, eventos importantes, sucesos de gran carga emocional, etc.

Evidentemente, recordamos mucho mejor aquellos hechos que han sido relevantes para nosotros y, sobre todo, aquellos que han sido acompañados por fuertes sentimientos. También memorizamos con más detalle las primeras veces que hemos experimentado algo. Por ejemplo, tu primer día de colegio, un viaje que hiciste solo, la boda de un familiar, etc.

Dentro de este tipo de memoria hay autores que enmarcan la “memoria flash”. Son recuerdos autobiográficos que se recuperan con gran detalle y de forma muy vívida, del momento en el que se escuchó una noticia trascendental y sorprendente o con gran carga emocional. Se caracterizan por ser muy resistentes al olvido. Un ejemplo sería el atentado terrorista del 11 de septiembre.

Cuando se codifica un recuerdo de tipo episódico, se activa una estructura cerebral llamada hipocampo. Posteriormente, los recuerdos se van consolidando en diferentes partes del neocórtex. Cada elemento se va almacenando donde corresponda, en las áreas del cerebro dedicadas al olfato, audición, visión…


– Memoria semántica

La memoria semántica es la que almacena el conocimiento general y consciente, como aquello que nos enseñaron en la escuela o en la universidad.

Incluye conceptos, hechos, significados, y otros conocimientos sobre el mundo externo que hemos ido adquiriendo. Es compartida con otros e independiente de la experiencia personal, el entorno, y el momento en el que se adquirió.


Algunos ejemplos son las capitales, funciones de los objetos, las costumbres sociales, el significado de las palabras, la compresión matemática, etc.

La memoria semántica también tiene distintos grados, que puede ir desde el fuerte recuerdo a la familiaridad más débil.

En cuanto a las bases cerebrales, parece que en la memoria semántica se activan las cortezas temporales y frontales.

– Memoria instrumental o procedimental

Es un tipo de memoria implícita, ya que es difícil de verbalizar y sus pasos se llevan a cabo de manera automática y no-consciente.

Son aquellos patrones motores que ya hemos adquirido y reproducimos con soltura. Se perfecciona a través de la práctica y constituyen recuerdos fieles y duraderos.

Por ejemplo, subir escaleras, tocar el piano, patinar, nadar, etc.

Para adquirir este tipo de memoria, es fundamental el aprendizaje motor que está sustentado principalmente en los ganglios basales y en el cerebelo.


– Memoria topográfica

Cuando queremos hablar específicamente de aquellos recuerdos asociados con la orientación espacial, nos referimos a la memoria topográfica.

Es la capacidad para orientarnos, reconocer un camino y atravesarlo, recordar claves de un entorno familiar, etc.

La memoria espacial está muy ligada al hipocampo, sobre todo a la parte derecha, donde existen las llamadas “células de lugar” que se encargan de crear un mapa mental del espacio.
– Memoria incidental o Priming

Es un subtipo de memoria implícita, que se caracteriza por un incremento de la capacidad para identificar o procesar un determinado elemento como consecuencia de la presentación anterior de dicho objeto.

Depende de nuestra experiencia, por ejemplo, si has escuchado una palabra más recientemente o con más frecuencia que cualquier otra, es más probable que venga a tu memoria más rápido.

Según la dirección temporal


– Retrospectiva

La memoria retrospectiva consiste en recordar hechos, personas, palabras que pertenecen al pasado. Los elementos recordados pueden ser semánticos, episódicos, autobiográficos, declarativos, explícitos, implícitos, etc.


Podemos pensar que casi todos los tipos de memoria pertenecen a ésta, sin embargo, también existe la memoria prospectiva, que lleva otra dirección temporal.


– Prospectiva

La memoria prospectiva consiste en “recordar que debemos recordar”. Es decir, se da cuando la información tiene que recordarse en el futuro y somos conscientes de ello.

Así, sabremos que en el futuro tenemos que recordar que tenemos una cita médica a cierta hora, que tenemos que mandar un email, o dónde hemos quedado con nuestro amigo.

Puede parecer evidente que no son dos tipos de memoria totalmente independientes, ya que se requieren ciertos aspectos de la memoria retrospectiva para que funcione la prospectiva. Sin embargo, según varios estudios, parece ser que estos dos tipos de memoria desencadenan procesos separados. Por ejemplo, casos de pacientes con alteraciones en la memoria prospectiva pero no en la retrospectiva o al revés.


Según si la información se reconoce o se recupera

Los investigadores sobre los procesos de memoria distinguen entre el reconocimiento y la recuperación según cómo se accede a la información almacenada.


– Memoria de reconocimiento

ocurre cuando podemos identificar si ese elemento resulta familiar para nosotros y por qué. Por ejemplo, un examen académico de tipo test en el que tienes varias opciones de respuesta y tienes que marcar una, es una tarea de reconocimiento.

Las respuestas correctas están escritas, y debes poner en marcha tu memoria de reconocimiento para elegir la opción verdadera.


– Memoria de recuperación

En este caso, la información debe ser rescatada de nuestra memoria sin claves ni pistas. Un ejemplo comparable con el anterior, es de un examen de preguntas abiertas en el que haya que redactar las respuestas.
Tipos de memoria fuera de lo común

Se han encontrado algunos casos en los que existen formas de memorizar que son más acentuadas y precisas de lo normal. Esto se denomina hipermnesia.


Dentro de esta categoría se puede incluir:

– Memoria eidética

La memoria eidética, también llamada memoria fotográfica, que antecede a la memoria a corto plazo, y se recuerda siendo la exposición al elemento almacenado muy breve.

En algunos niños, esta capacidad de memoria sensorial está especialmente acentuada, sobre todo si son elementos visuales. Los recuerdos son extremadamente nítidos y detallados, de forma que, en los casos más especiales, las personas pueden recordar casi cualquier cosa que hayan visto u oído, aunque sea una vez.


– Memoria Autobiográfica Altamente Superior

Es una condición que describió en 2006 el neurobiólogo James McGaugh. Se trata de memorizar experiencias del pasado, pero de forma extraordinariamente minuciosa y precisa, con gran lujo de detalles. Por ahora, sólo se han diagnosticado a unas 20 personas con esta condición.


Y razonamiento es: 

Razonamiento es el proceso y el resultado de razonar. Este verbo, por su parte, consiste en organizar y estructurar las ideas para arribar a una conclusión. Por ejemplo: “Creo que tu razonamiento es incorrecto: Mariano no tendría que haber hecho eso bajo ninguna circunstancia”, “No entiendo cuál es tu razonamiento”, “Mi hijo, en muchas ocasiones, me sorprende con sus razonamientos”.





Un razonamiento, por lo tanto, implica una cierta actividad mental que deriva en el desarrollo de conceptos. Estos conceptos pueden emplearse con fines persuasivos o para llevar a cabo una cierta demostración.

El razonamiento, en definitiva, posibilita la resolución de problemas y el aprendizaje a través de la lógica, la reflexión y otras herramientas. De acuerdo a la actividad mental en cuestión, es posible diferenciar entre más de una clase de razonamiento.

El razonamiento lógico consiste en partir de un determinado juicio para determinar si otro es válido, posible o falso. Dado que es la lógica la encargada de estudiar los argumentos, también participa de manera indirecta a la hora de estudiar el razonamiento. Lo normal es que los juicios en los cuales se apoya un razonamiento sirvan para expresar conocimientos previos o, al menos, que hayan sido expuestos como hipótesis.

TIPOS DE RAZONAMIENTO: 

Dentro de este grupo, se puede hablar de los siguientes tipos de razonamiento, entre otros:



* Razonamiento inductivo: también se conoce con el nombre de lógica inductiva y tiene el propósito de estudiar las pruebas que hacen posible la medición de probabilidad de las reglas para generar argumentos inductivos sólidos, así como la medición de los argumentos mismos. Se distingue del razonamiento deductivo, descrito más abajo, en cuanto a que no ofrece herramientas para decidir si un argumento es válido o no. Por lo tanto, se utiliza el concepto de fuerza inductiva, que sirve para describir cuán probable es que una conclusión sea verdadera si sus premisas lo son;

* Razonamiento deductivo: dentro del ámbito de la lógica, este tipo de razonamiento representa un argumento en el cual se debe inferir la conclusión de las premisas. Formalmente, es posible definir las deducciones como secuencias finitas de fórmulas, en las que la conclusión (de la deducción) es la última de ellas, y todas son premisas, axiomas o surgen de inferir directamente de algunas de las previas a través de ciertas reglas, denominadas de transformación o de inferencia, las cuales son funciones que analizan la sintaxis de las premisas y arrojan una conclusión;



* Razonamiento abductivo: se trata de una clase de razonamiento que comienza cuando se describe un fenómeno o un suceso y permite alcanzar una hipótesis que ofrezca una explicación a sus posibles motivos o razones a través de las premisas que se obtienen. Según el lógico, científico y filósofo inglés Charles Sanders Peirce (retratado en la imagen de arriba), a quien consideran el fundador y el padre del pragmatismo y de la semiótica moderna, debemos referirnos a los razonamientos abductivos utilizando el término conjeturas. Las conjeturas intentan ser la explicación más probable o acertada a simple vista.

El razonamiento argumentativo, por su parte, está asociado a los argumentos vinculados con la producción del lenguaje. Un argumento, en este sentido, expresa en palabras el resultado de un razonamiento.



Podemos ver cómo funciona un razonamiento en numerosos ejemplos. Supongamos que un hombre que está sentado en la playa analiza la posibilidad de nadar un rato en el mar. Mientras se encuentra sobre la arena, observa cómo un guardavidas (socorrista) rescata a un bañista que estaba siendo arrastrado por la corriente. Cinco minutos después, se repite una escena similar. Desde la orilla, el hombre finalmente decide no ingresar al océano: su razonamiento indica que es un día peligroso para nadar.


Ambas posibilidades, razonar o memorizar son funcionales y efectivas en el Proceso de Enseñanza y Aprendizaje, es menester de los docentes, establecer cual es la forma de aprendizaje que cada estudiante necesita y puede desarrollar de manera más hábil; y siendo mucho más optimistas aplicas las dos para un desarrollo total del cerebro y sus potencialidades. 




Fuente: 
Lifeder
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