Las maestras particulares ahora supervisan que los chicos hagan la tarea y actúan antes de que haya dificultades
Padres que trabajan todo el día y no quieren lidiar con sus hijos a la
hora de hacer la tarea, escuelas primarias que aún no encuentran la
forma de que los alumnos logren prestar atención en clase y chicos que
necesitan contar con la mirada de un adulto para hacer sus deberes
parece ser la combinación perfecta para que cada vez más familias
recurran a maestras particulares, no tanto en busca de ayuda puntual
para una dificultad de aprendizaje o de comprensión, sino como forma de
contención y supervisión escolar de los chicos.
Así, a las actividades extras que tienen los niños se les agrega ir una,
dos y hasta tres veces por semana a apoyo escolar, donde la hora de
clase, que por lo general es grupal, ronda entre $ 20 y $ 40, según el
barrio.
Para Alejandro De Oto Gilotaux, director de primaria y rector del
Instituto de Capacitación Docente del Colegio Los Robles, existe un
conjunto de factores por los que las familias recurren con mayor
frecuencia a este tipo de apoyo.
"Por un lado, la realidad actual laboral de los padres claramente
dificulta el acompañamiento y el control sobre el niño. Por el otro,
está la abrumadora cantidad de contenidos que se dictan en algunas
escuelas, pensados para niños con un mayor nivel de desarrollo evolutivo
y que sólo pueden ser aprendidos por chicos con memoria. Finalmente,
los enfoques pedagógicos actuales que utilizan algunas escuelas no son
los mismos con los que aprendieron los padres. Por todo eso a veces los
chicos llevan tareas a sus casas que los adultos no saben cómo
resolver", aseguró a La Nacion De Oto Gilotaux.
Tal fue el caso de Ximena Pretela, mamá de Julieta y Sofía, de 8 y 13
años. "Les enseñaron a dividir de una manera que yo nunca había visto,
entonces necesitaba que alguien les explicara y que las contuviera,
porque yo no lo podía hacer. Ahora, las mando una vez por semana, en
paralelo con el colegio. Ya no espero más a que llegue el día de las
pruebas y les vaya mal", comentó Ximena, y señaló que esta contención
tiene que ser un esfuerzo compartido por ambas partes: "Los libros no se
pasean. Ellas tienen que estudiar, no se pueden sacar un 3 si las mando
a apoyo".
Desde la psicología, la directora del Centro Dos, Miriam Mazover,
recalcó que esta tendencia se da al estar la educación marcada como
sinónimo de "la única prosperidad que le podemos asegurar a un hijo en
un país tan incierto como el nuestro".
Ante el primer indicio de que algo no funciona, se manda a los chicos a
apoyo escolar. "Hay mucha expectativa de los padres puesta en la
escolaridad de sus hijos, porque ven que si el niño recibe una buena
educación y tiene una buena performance en el colegio, tiene asegurado
su porvenir", explicó Mazover.
Sin embargo, Marita Bourboun, maestra "de toda la vida" –hace 45 años
que es docente y 10 que dedica sus tardes a dar apoyo escolar en el
barrio porteño del Abasto–, no coincide con Mazover.
"Esa mirada refleja el pensamiento de un grupo con posibilidades
económicas diferentes de las que yo observo. Acá los papás me piden
contención, que ayude a sus hijos en lo que ellos no saben, porque lo
desconocen, porque no lo vieron nunca, porque se lo olvidaron o
simplemente porque las materias van cambiando. Hoy el chico necesita que
se le explique más, y los tiempos para desarrollar un programa en clase
son escasos, lo que no le permite al docente detenerse; tiene que
avanzar", aseveró Bourboun.
Maestras delivery
"Mientras que lo esperable sería que alrededor de un 10% de los alumnos
necesite alguna ayuda extra, hemos encontrado cursos de primaria, en
colegios de doble turno bilingües, en los que alrededor del 80% del
alumnado recurrió en algún momento del año a la ayuda de una maestra
particular", sostuvo un director de escuela primaria privada. En muchas
ocasiones los propios colegios tienen un listado de maestros
particulares que recomiendan a los padres de chicos con dificultades.
De Oto Gilotaux afirmó que sólo debería tener maestra particular el niño
que presente alguna dificultad de aprendizaje. "El problema radica en
que la escuela primaria en algún momento le pide al niño que estudie, en
general en cuarto grado, como si mágicamente pudiera llegar a su casa y
saber de qué se trata estudiar. Simplemente la escuela no enseña a
estudiar. Cuando llega el aviso de la primera evaluación, la familia
colapsa y recurre a la maestra delivery, que intenta que el niño aprenda
para aprobar la prueba", aseguró el director.
Con paciencia
Lorena Chaile tuvo que rescindir sus vacaciones de verano porque Lucas
se llevó Matemática y Lengua a marzo. "Llegó a ir a apoyo hasta tres
veces por semana en febrero, porque si no, no pasaba de grado. No puedo
hacerme problema porque no hace la tarea o no entiende, ya que a veces
no le puedo explicar, porque trabajo todo el día. El es muy distraído,
se dispersa en clase y necesita de una maestra particular que le
explique, con la paciencia que yo no tengo", comentó la mamá de Lucas.
Por su parte, Ana Iraeta, maestra de escuela primaria pública y
particular por la tarde, afirmó que los padres que mandan a apoyo
escolar a sus hijos realmente están preocupados por ellos. "Si no, no
los mandarían. Tengo diferentes casos, eso sí. Hay papás que se acercan
en abril y me dicen: «Ana, yo no puedo; arreglate vos con mi hijo», y
les doy apoyo escolar todo el año. Otros vienen directamente a partir de
julio, y la consigna es «que pase de grado como pueda». Ahí es cuando
te tenés que transformar en maestra salvavidas y sacar al chico
adelante."
Mazover y Bourboun concuerdan en que la contención primaria del niño es
la familia. "Por eso los padres tienen que estar alertas, ver si
realmente sus hijos necesitan de una contención extra, si no están
pasando por un estadio típico de la conformación del psiquismo humano,
que está en plena construcción hasta la adolescencia", advirtió la
directora del Centro Dos.
Y aclaró: "Tienen que entender que esto no es gratuito. No sólo se paga
la maestra particular, sino que también el niño paga el precio de saber
que necesita de otro para resolver su aprendizaje".
PROPUESTAS PARA MEJORAR LA PRIMARIA
Con una tasa de egreso del 90% y cobertura casi universal, la escuela
primaria parece a salvo de los problemas del nivel medio. Pero enfrenta
dificultades de sobreedad y repitencia. El Ministerio de Educación
presentará hoy sus políticas de mejora para la primaria, que alcanzarán a
1.800.000 alumnos de unas 4000 escuelas con población vulnerable del
país. Entre las iniciativas, se enviarán libros de texto y materiales
didácticos, habrá recursos de apoyo para alumnos con dificultades y se
planea abrir 450 Centros de Actividades Infantiles con propuestas
recreativas, culturales y científicas a cargo de "maestras
comunitarias".
Fuente: La Nación Argentina.
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